En una reciente audiencia en el Congreso de Estados Unidos, varios expertos en seguridad revelaron que China está utilizando bases en Cuba para espiar a su vecino del norte. Según los testimonios, Beijing ha desplegado tecnología avanzada en la isla para monitorear objetivos estratégicos de Estados Unidos, incluyendo instalaciones militares y comunicaciones. Esta cooperación entre China y Cuba ha generado una gran preocupación en Washington, donde se evalúan medidas para contrarrestar esta amenaza.
Los analistas explicaron que la presencia china en Cuba no es nueva, pero ha evolucionado con infraestructura más sofisticada. Se identificaron al menos cuatro centros de vigilancia en la isla, ubicados en lugares clave como Bejucal y Santiago de Cuba. Además, se advirtió que La Habana se ha convertido en un laboratorio de pruebas para las tácticas de vigilancia del gobierno chino, lo que podría tener implicaciones más allá del Caribe.
Ante estos hallazgos, diversos sectores en Estados Unidos han expresado inquietud sobre el impacto de esta alianza en la seguridad nacional. La creciente influencia china en la región y su capacidad para obtener información de manera encubierta plantean un desafío importante para Washington, que ahora debe decidir cómo responder a esta situación.