El Inter de Milán vivió una noche mágica en el Giuseppe Meazza. En una semifinal de la Champions League que tuvo de todo, goles espectaculares, emoción hasta el último segundo y un ambiente eléctrico. Los italianos lograron vencer al Barcelona 4 - 3 en un duelo que será recordado por mucho tiempo.
Desde el inicio, Barcelona intentó imponer su estilo de juego, dominando la posesión y moviendo el balón con paciencia. Pero el Inter, con un planteamiento táctico impecable, supo esperar su momento. Lautaro Martínez abrió el marcador para los locales, desatando la locura en las gradas. Sin embargo, el Barcelona reaccionó rápido con un gran gol de Lewandowski, demostrando que no iba a rendirse fácilmente.
El partido fue un ida y vuelta constante. El equipo español logró ponerse por delante en el segundo tiempo, pero el Inter no se quedó atrás. Nicolò Barella igualó el marcador, y con el tiempo avanzando, la tensión en el estadio era palpable.
Cuando parecía que el encuentro se definiría por penales, Davide Frattesi apareció en tiempo extra para marcar el gol que selló la victoria. Con un disparo preciso, venció al arquero y dejó al Barcelona sin respuesta. El pitazo final desató la euforia: jugadores abrazándose, hinchas cantando y la certeza de que el Inter ha dado un paso gigante hacia la gloria.
El marcador global de 7 - 6 refleja lo peleado que fue el duelo. Barcelona lo intentó hasta el último minuto, pero el Inter supo aprovechar sus oportunidades en los momentos clave. Ahora, los italianos sueñan con levantar el trofeo en la final.