Un estudio de la Universidad de Australia del Sur, realizado durante cuatro años sobre 5 000 teletrabajadores, concluye que ejercer funciones profesionales desde el hogar incrementa la felicidad y la salud mental de los empleados. Según sus hallazgos, eludir más de tres horas semanales de desplazamientos habituales añade 30 minutos de sueño cada noche y reduce los niveles de estrés y ansiedad.
El análisis revela también que el tiempo recuperado se emplea de forma diversificada: un 33 % en tareas laborales, otro 33 % en actividades personales y familiares, y el 34 % restante en descanso, deporte y ocio. El estudio destaca además que la proximidad de la cocina doméstica impulsa elecciones de dieta más saludables, con un consumo superior de frutas, verduras y productos frescos.
“La flexibilidad voluntaria no solo mejora la productividad; optimiza el descanso, el estado de ánimo y refuerza el sistema inmunitario”, señalan los autores. Con estos resultados, los científicos subrayan que ofrecer modalidades remotas favorece un equilibrio sostenible entre la vida laboral y personal, convirtiéndose en una pieza clave para el bienestar organizativo a largo plazo.